Popper y Kuhn: dos gigantes de la filosofía de la ciencia del siglo XX (Moulines, C. Ulises)


Highlights


El buen científico es aquel que trata de falsar (o refutar, también podríamos decir) las hipótesis que él mismo u otros han concebido. Se trata de una especie de «masoquismo intelectual»: el buen científico (o, más generalmente, cualquier persona intelectualmente honesta) es quien trata constantemente de averiguar qué es lo que anda mal en sus propias creencias acerca del mundo,


Las proposiciones «Juan está ahora en su casa» o «Este alambre calentado en este momento ha aumentado de longitud» expresan constataciones positivas y definitivas. El problema estriba en que proposiciones como las ejemplificadas acerca de Juan o del alambre calentado por sí solas aún no constituyen ningún conocimiento genuinamente científico.


El verdadero conocimiento científico consiste en el que nos proporcionan las hipótesis generales y las teorías científicas, y estas no se agotan en una serie de proposiciones particulares.


el razonamiento inductivo no es un tipo de razonamiento racionalmente justificable; y todos los intentos posteriores a Hume por fundamentar de alguna manera algún tipo de método inductivo (intentos que se prosiguieron hasta bien entrado el siglo XX) están inexorablemente condenados al fracaso.


El gran científico, a diferencia del gran artista, nunca se contenta con su propia creación…


Ambas hipótesis son falsables (y por eso son genuinas hipótesis científicas), aunque ninguna de las dos ha sido falsada hasta ahora. Ahora bien, mientras (a) ha sido corroborada innumerables veces, en cambio (b) no ha sido corroborada nunca. En este sentido, (a) representa una contribución mucho más útil a la ciencia que


Ya hemos visto en el primer apartado que las experiencias muy personales de Popper en su adolescencia y primera juventud lo condujeron primero a ser un entusiasta marxista y después a ser un crítico decidido del marxismo.


Marx, por ejemplo, fue un buen científico cuando analizó la sociedad capitalista de su época, pero se convirtió en un profeta cuasi-religioso cuando propagó la idea de que pronto advendría una sociedad sin clases.


El ideario político de Platón lo interpreta Popper como una reacción ante las ideas progresistas de la Atenas de Pericles. No hay que olvidar que Platón procedía de una familia aristocrática de viejo cuño, y veía en el proceso generalizado de democratización de las costumbres que tuvo lugar en Atenas en la generación inmediatamente anterior a él un verdadero desastre, el principio del fin de la civilización. Había que superar el caos político, y para ello el único remedio era constituir un Estado fuerte y absolutamente intransigente con cualquier veleidad democrática e individualista, precisamente lo que hoy llamamos un Estado totalitario.


si bien Popper no admite que la economía lo explique todo: simplemente no es cierto que los seres humanos, con todas sus creencias y propósitos, estén totalmente predeterminados por la clase social a la que pertenecen y los modos de producción.


Las consecuencias de una revolución, al ser un evento de tal magnitud, son imprevisibles; si queremos cambiar todo a la vez en una sociedad, lo más probable es que ello conduzca al caos, o a la dominación implacable de una nueva casta de burócratas.


Popper acepta, e incluso enfatiza, la necesidad de reformas sociales y políticas para resolver los problemas, con frecuencia acuciantes, con los que se enfrenta una sociedad determinada. Pero reforma es algo muy distinto de revolución.

Marco Herrera Solar. Last modified: June 29, 2024. Sitio hecho con Franklin.jl y Julia programming language.